Brasil tiene motivos para estar preocupado. Ante Venezuela no explotó sus mejores virtudes y en el horizonte se dibuja la figura de un Paraguay que siempre es peligroso.
Causó estupor el empate sin goles el domingo entre Brasil y Venezuela en La Plata, ya que se palpitaba un final feliz para los pentacampeones mundiales.
Neymar, nueva joya del fútbol brasileño, al igual que Robinho, Alexandre Pato, Ganso, Dani Alves y varios otros, se toparon con un entusiasta equipo que frenó a esas individualidades con un atildado juego colectivo.
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