lunes, 27 de junio de 2011

Estigmatizado

River descendió a la B Nacional. Empató de local 1 a 1 con Belgrano en el partido de ida y no pudo revertír la serie. Abrió el marcado Mariano Pavone, que luego erró un penal y selló la suerte de River, Guillermo Farré. El Monumental ardió, hubo destrozos adentro y afuera, decenas de detenidos y heridos. Antes del final, el partido fue suspendido. Belgrano de Córdoba jugará en la primera división.

Una mancha, una marca, una señal. Por dentro se desangra el club más grande de Argentina. Por dentro se deshizo en la cancha y en las tribunas. Dolor por todas partes es lo que se vio y se sintió. Lejos, allá muy lejos quedaba el desahogo de las más de 50 mil almas que estaban allí presentes cuando Pavone metió ese latigazo certero, bien esquinado,  a los 5' para con un gol más salir de esta pesadilla infame. Se sentía la esperanza más viva que nunca en la historia de River. Esa rica historia que recordaba justo ayer un 26 de Junio del año 1996, que River lograba una nueva Copa Libertadores, por el mismo resultado que estaba obligado a conseguir frente a Belgrano.
Pero las marcas que River tiene se ven en esos once que estaban en la cancha, once jugadores no un equipo. Porque Juan Manuel Díaz pudo haber jugado el mejor partido desde que está en River, pero no pudo despejar correctamente la pelota que derivó en Farré para el gol visitante a los 16' del segundo tiempo. Porque Carlos Arano no es ningún "Chiche" y puede contagiar a sus compañeros, pero de horrores. Porque cada uno intentó jugarsela (Lamela, Caruso, Pereyra, Ferrero) y no jugarla a los pies de sus compañeros y porque Pavone pudo hacer estallar los corazones millonarios de alegría en la primer parte, pero también cuando erró su penal a los 23'.
El final para el DT López
Hay una mancha, imborrable, insalvable y fue la soberbia. Un pecado capital que deben quitar de River para siempre y por siempre. Una actitud irresponsable de uno de los responsables de éste momento, el presidente de River, Daniel Passarella. El "Gran Capitán" que no demostró estar a la altura de esta nave a la deriva y que utilizó a Juan José López en su plan, pero él tampoco supo interpretarlo debido a su ineficacia. Porque River pudo haber hecho una campaña ¿aceptable?. NO. River debió hacer la campaña que River sabe hacer. La de ganar campeonatos, la de cosechar títulos, la de pelear por seguir haciendo a River, el más grande por siempre. Pero vieron el árbol y no el bosque. Porque callaron, vendieron el silencio y fueron complices de lo que en años anteriores se gestó hasta este momento. River está así hace mucho tiempo debido a las malas campañas futbolísticas, a la mala utilización de los fondos económicos de las arcas del club que están totalmente vacías. A jugadores que fueron regalados y que en cualquier parte del mundo son estrellas. Debido a aquellos dirigentes, encabezados por José María Aguilar, que él si debe estar en Aruba con calor...Mientras en el Monumental, el calor provenía de las llamas que crecían luego de que los delincuentes de siempre, destruyeran la casa de los hinchas de River, porque seguro no harían lo mismo si fuera su casa.

El sufrimiento de los hinchas. River descendió

Una mancha de sangre es lo que quedó en River una vez más. No sangre derramada, metafóricamente hablando, por jugadores de la estirpe de Matías Almeyda. Sangre real, de decenas de heridos (policías e hinchas) que atravesaron las calles de Nuñez en medio de diversas batallas que daban los irresponsables innombrables que también son culpables del mal que autodestruye a River. Barras, así se hacen llamar, no son más que delincuentes con permiso especiales que sirven a cualquiera que les haga el caldo grodo. Porque ese monstruo fue alimentado año tras año y cada vez en mayor medida por el ex presidente Aguilar, hasta llegar al punto en que son parte de la estructura más íntima del club. ¿Cómo se le da esa categoría de hinchas a personajes que van armados a las canchas, que venden droga dentro y fuera, que delinquen comercializando entradas como si fueran ellos las cajas del club?. Llegó la hora, el momento de que despierten los hinchas de River. Que cada uno haga su procesión de este trauma deportivo en cada una de sus vidas. No resultará nada fácil, porque partido tras partido que River deba disputar en la segunda categoría del fútbol argentino, será un suplicio, un recuerdo imborrable del día de ayer en que caímos por nuestra propia desgracia. Esa que nos carcomió por dentro cual cáncer desde hace años.
Pseudo hinchas en los disturbios
River va a ser un grande por siempre, sus colores son el emblema de millones de hinchas argentinos que hacen GIGANTE a este club que seguirá haciendo historia en la primera, en la segunda categoría del fútbol y en cualquier parte que River deba jugar. Es una señal para los verdaderos hinchas de River. Todos, pero todos los que sean capaces de devolverle a River su grandeza deben estar unidos más que nunca para dejar esta huella tapada, nunca olvidada, porque será lo que lo haga más fuerte y que de una vez por todas sirva para aprender de los propios estigmas.


Por Ruben Bringas

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