En Liniers, el comienzo se demoró porque la gente del Fortín tiraba cintas de papel, sobre el arco de Migliore y Pezzotta lo frenó definitivamente porque la barra del Ciclón rompió las vallas de la tribuna y el alambrado perimetral del campo de juego. Minutos antes, había fallecido un hincha azulgrana en las afueras del estadio en confusas circunstancias. Sólo se jugaron siete minutos.
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